martes, 27 de mayo de 2014

Rebelde Sin Causa (Rebel Without A Cause)


James Dean, ataviado de cazadora roja y necesitado de desobedecer el cuarto mandamiento, se convirtió en icono cultural de calibre gracias a esta película, que conmovió como pocas a la generación de jóvenes de los años cincuenta, nunca tan aludidos, jamás mejor honrados. 
El subgénero de la delincuencia juvenil recibe el tratamiento de un melodrama con pinceles líricos, donde los conflictos adolescentes se entienden como universales por Nicholas Ray. Ray sabía bien sobre la incomprensión, la soledad y el desarraigo que despuntan entre una sociedad hipócrita y conformista.
Bajo su batuta, Dean expresa la furia - de largo, su más oportuna interpretación -, pero el protagonismo también es cosa de Natalie Wood y Sal Mineo.
Si retrata a la perfección una era neurótica, entre la promesa de la paz y la amenaza atómica, "Rebelde Sin Causa" se ha desvelado también como una película para todas las épocas, resistente a marchitarse. La potencia de tono y el alcance emocional de sus imágenes siguen sin dejar indiferente a nadie.
Una obra maestra. 


Año: 1955
País de origen: Estados Unidos
Director: Nicholas Ray
Reparto: James Dean, Natalie Wood, Sal Mineo, Jim Backus, Ann Doran, Corey Allen, Dennis Hopper

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