Gary Cooper es Longfellow Deeds, el chico de pueblo que toca la tuba, escribe poesía y, de la noche a la mañana, hereda una fortuna que lo llevará a Nueva York. Jean Arthur es la aguerrida reportera que se acerca a él para sensacionalizar su bonachón carácter en columnas de prensa.
Frank Capra y la defensa del héroe rousseaniano, valedor del sentido común, frente al cinismo de la gran ciudad; como todas sus fantasías New Deal devenidas en grandes comedias, es pura persuasión.
Alcanza con su ingenuidad, arrastra con su sinceridad y consigue su propósito: te libera de la postura que critica y te hace levantar en aplausos por la victoria del buen hombre.
Todo funciona como un reloj, gracias a un guión complejo, que destapa sus adorables sorpresas con astucia.
Pero Longfellow Deeds sería menos sin Gary Cooper, que, probablemente, no era consciente de la calidad de su impresionante interpretación. Esta película es también el triunfo del actor intuitivo.
Año: 1935
País de origen: Estados Unidos
Director: Frank Capra
Reparto: Gary Cooper, Jean Arthur, George Bancroft, Lionel Stander, Douglas Dumbrille, Raymond Walburn, H. B. Warner, Ruth Donnelly
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